“Condenados al sacrificio” en la sombra de Vaca Muerta

Momentos de tensión cuando no se dejan entrar a personas durante la audiencia en Sierra Grande, Rio Negro. (Cortesia de Suyhay Quilapan)

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Esta entrevista es parte de una serie en colaboración con Earthworks sobre los impactos de la industria petrolera y de gas en América del Sur.

El Proyecto Vaca Muerta Oil Sur de la compañía argentina Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) propone la construcción de un oleoducto de 565 kilómetros desde Neuquén y un terminal portuario de 250 hectáreas y un sistema de cañerías submarinas que conectan con monoboyas y buques petroleros a 6 kilómetros de la costa del Golfo San Matías, en la provincia de Rio Negro. El proyecto implica un impacto ambiental enorme en áreas protegidas de la costa, incluyendo el Parque Nacional Islote Lobos que es una reserva con gran diversidad de vegetación y especies marinas y costeras como los pingüinos de Magallanes, los lobos marinos de un pelo, y más.

Suyhay Quilapan es de Asamblea por la Tierra y el Agua, Las Grutas, una de las organizaciones ambientalistas y de vecinos que rechaza el oleoducto y el terminal petrolero. Ella trabaja en la Pastoral Social de Las Grutas. Nos cuenta aquí de la lucha para revertir la modificación de la Ley Provincial 3308 de 1999, que prohibía la prospección, exploración, y extracción petrolífera y gasífera en el Golfo de San Matías y en el mar territorial rionegrino y frenar la aprobación del proyecto Vaca Muerta Oil Sur. Conversé con Quilapan el 8 de septiembre por zoom. Nuestra conversación ha sido editada por su extensión y claridad.


Patricia Rodríguez: Quería empezar por saber un poco de usted y su organización. ¿Nos puede contar de cómo se involucró usted en esta lucha?

Suyhay Quilapan: Yo integro la Asamblea de Tierras y Aguas de Las Grutas, a partir de un posicionamiento de fe. Yo trabajo en la Iglesia Católica desde la adolescencia, y fui cruzando también con algunas líneas ideológicas, como es la teología de la liberación que promulga el bien estar para el pueblo y escuchar los clamores de nuestros pueblos. Uno de los clamores más fuertes que creo tenemos hoy en América Latina es el extractivismo.

Esto, junto con el pensar de los derechos ambientales como dentro de los derechos humanos fundamentales, confluye todo en la necesidad de juntarnos con otros actores sociales para frenar un poco la extracción, principalmente en la provincia de Rio Negro que se ha transformado en una provincia altamente extractivista. Aunque el gobierno no lo manifieste, tenemos hoy siete proyectos extractivistas latentes, además del proyecto que tiene que ver con Vaca Muerta Sur, el proyecto de oleoducto en el Golfo San Matias. Además de eso hay otros proyectos extractivistas que han mutado, si se quiere, la matriz de producción y pretenden impactar de manera negativa la vida de los ciudadanos.

Ante eso, nos organizamos en Asambleas. Las Asambleas siempre tienen este formato de toma de decisiones en horizontalidad. Nosotros no pertenecemos a partidos políticos específicos. Esto hace que también seamos en términos financieros, autogestivos.

PR: ¿Nos puedes contar un poquito sobre el proyecto de Vaca Muerta Sur y las otras formas del extractivismo que enfrentan?

SQ: Nosotros tenemos un gran yacimiento en la provincia de Neuquén, que se llama Vaca Muerta, que viene ya en un ciclo de diez años de extracción con fuertes impactos negativos. Yo soy neuquina de nacimiento. Hoy me toca vivir en el borde del mar y en un espacio que no es el que yo vivía. Yo vivía al borde del río Limay y del Neuquén, y hoy estoy en la costa marítima.

El nuevo proyecto de Vaca Muerta Sur es un proyecto en la provincia de Neuquen y que va a cruzar toda la provincia de Rio Negro, y llegar a un punto que es Punta Colorada, al sur de Sierra Grande, que es una localidad vecina de nosotros aca en Las Grutas. Van a instalar un puerto petrolero que va a ser el más grande de la costa argentina para que se carguen los buques. Este proyecto va a ser el ducto de transporte, y obviamente va a tener que haber una instalación de acopio en costa, y después el puerto para carga de los buques. ¿Dónde está este proyecto dentro de un proyecto de desarrollo sustentable? ¿Un proyecto real de crecimiento para las comunidades?

Vaca Muerta está a 500 kilómetros de Las Grutas, pero uno ve que hay territorios de sacrificio. Vaca Muerta tiene sismos reiterados en volumen y constancia en términos de tiempo. Eso no se quiere visualizar o tener en cuenta. De hecho cuando participamos de la audiencia pública que se realizó en Añelo, Neuquén por el primer tramo de Vaca Muerta, en esa discusión no estaba incluida la sismicidad. ¿Cómo no se va a considerar en el estudio de impacto ambiental esto? Hay compañeros investigadores que están haciendo las mediciones en términos reales y cotidianos. Son conocedores de los temas y prestan su conocimiento, su saber, para este bien solidario y comunitario. Ellos nos van dando los fundamentos y vamos entonces entendiendo que es lo que acontece en las distintas luchas.

Nosotros en términos de equilibrios ambientales sabemos que el ecosistema marítimo es muy frágil, todo lo impacta. Actualmente en nuestra costa en el Golfo de San Matias, hay una disminución de la captura en pesca. Hay un extractivismo de pesca. Cuando uno no cuida el bien natural, cuando hace abuso de la extracción, es un abuso por más que no sea minero. Lamentablemente las consecuencias las padecen hoy los pescadores, porque no estuvieron las políticas adecuadas, no hubo controles.

Nosotros estamos con esa crisis en la pesca, y ¿esto que provoca? ¡Desempleo! Se cierran las empresas pesqueras, dos ya se cerraron. Es tan frágil la economía en estos lugares porque no somos lugares industrializados. Las Grutas vive de la pesca y el turismo, dos actividades completamente incompatibles con la actividad hidrocarburífera.

Tenemos en esta zona el Puerto del Este, que exportaba las frutas del Alto Valle, que ha bajado en producción por muchas causas, pero sin duda una es la actividad hidrocarburífera cercana a la producción de frutas. Cuando tiene que exportarse un producto del país, tiene que tener calidad de exportación y no puede tener actividad hidrocarburífera cercana. En la zona de Allen donde había exportación de peras y manzanas, la zafra ya ha caído impresionantemente, y eso genera desempleo.

Cuando miramos, somos una gran región sacrificada, condenada al sacrificio. En “Laudato Si” el Papa Francisco habla de la cultura del descarte, y yo empecé a asociarlo con que hay comunidades que somos de descarte, provincias y países que somos de descarte. Entonces por eso me parece sumamente importante poder entender que el proyecto Vaca Muerta Sur es para mover a Vaca Muerta hacia la exportacion, generando sacrificios no solamente en la zona de Vaca Muerta, en Neuquén, pero tambien la provincia de Rio Negro y se suma la provincia de Chubut.

Nosotros en esta zona somos el Golfo San Matias; en una punta del Golfo hay un golfito chico que es el Golfo San José, y después la Península Valdés que es donde están las ballenas, y después un entrante que es el Golfo Nuevo. En toda esa zona, por las corrientes marinas, un puerto va a hacer que haya un movimiento de hidrocarburos por la actividad de carga de buques que va a moverse por las corrientes marinas. Cuando unas compañeras biólogas nos mostraron cómo se movían las corrientes, no hubo duda que la contaminación va de Sur al Norte, todo el Golfo San Matías, y la otra corriente de Norte al Sur, provincia de Chubut. ¿Qué pasaría si se derrama crudo en el Golfo San Matías? Sumamente impactante mirarlo en esta hipótesis futura, ¿no?

En realidad en esta lucha una de las cosas que tenemos que hacer es sensibilizar a la comunidad, teniendo espacios donde nosotros podamos desarrollar y explicar, y lograr la adhesión. Nosotros en esta zona tuvimos el intento de instalar una planta nuclear en la costa. Nos parecía imposible poderla parar. La laburamos, la trabajamos con toda la gente de la provincia, hicimos una marcha de carácter nacional. Nosotros logramos parar la instalación de la planta.

Por eso sabemos que no es solo eso de ser creativos y claros en lo discursivo, sino que hay algo que tiene que arraigarse en cada uno de los ciudadanos que tiene que ver con el sentir, las emociones. Esto creo que nos ha marcado; nunca vamos a bajar la esperanza de tener una vida buena, no nos van a bajar la alegría. Ellos dan un paso y nosotros repensamos la estrategia que tenemos. Esto es comunitario, con otros compañeros, nunca es individual. Es un camino de acuerdos, mucho más largo pero más sólido!

PR: ¿Nos puedes contar un poco sobre la ley ambiental que se modificó?

SQ: En la provincia de Rio Negro, de todas las provincias de Patagonia, eramos la unica provincia que teniamos una ley que resguardaba al Golfo San Matias de la actividad hidrocarfurifera. Esto porque hace años tuvimos dos intentos de instalación de oleoducto y lo paramos, con movilización comunitaria y popular. Se logró hacer  la ley 3308, nosotros la conocemos como la ley que resguarda al Golfo.

Cuando Argentina empieza a instalar ese tema de las offshore en la costa, en Mar del Plata, el 4 de enero de 2022, nosotros hicimos un Atlanticazo. Somos un balneario turístico, y recibimos muchos turistas de Argentina y de la región. En ese momento, decíamos “nosotras estamos tranquilas porque teníamos la ley 3308” y estábamos para ser solidarios y difundir las luchas de otras asambleas.

Pero en agosto de 2022 nos enteramos que había un proyecto de modificación de esta ley, apenas dos días antes de que pasara. Fuimos unas seis personas a la legislatura y no nos dejaban entrar. Decían que era por el tema de Covid, pero si dejaban entrar a otra gente. La legislatura de Rio Negro tiene primera y segunda vuelta para modificar. A los quince días justo vino la segunda sesión y ahí movilizamos a mucha más gente.

En ese momento, lamentablemente hubo sindicatos que vinieron a apoyar la modificación de la ley. La Uocra (Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina), y un sindicato de pescadores, fueron el brazo de choque, contra los que nos oponemos a la modificación. Modificaron la ley. Solamente tuvimos un legislador que votó en contra. Vamos a seguir haciendo todas las instancias de reclamo por la modificación de la ley. Y después en paralelo fue que el proyecto de Vaca Muerta Sur avanzó. Llamaron a la audiencia pública de Añelo y fuimos, pues Neuquén nos dejó participar siendo que éramos vecinos de otra  provincia.

PR: Hubo una audiencia pública en Sierra Grande en agosto sobre Vaca Muerta Sur. ¿Que pasó en esa audiencia?

Aconteció la audiencia publica por la provincia de Rio Negro, que se hizo en Sierra Grande, que es donde esta ubicada Punta Colorada, donde va a ser el puerto.

Es importante entender un poco del contexto. Sierra Grande es una localidad donde había una mina de hierro. Cuando esa mina dejó de funcionar, todos los mineros se fueron a buscar trabajo a otros lados. El  grueso de sus familias se quedaron en Sierra Grande con problemáticas socioeconómicas muy difíciles. En los años 90 Carlos Menem anuncia un modelo de desarrollo, la Revolución Productiva, la llamó él, con lanzamiento en Sierra Grande. Eso nunca aconteció. Después se entregó la mina a una empresa china, extrajeron todo lo que podían, y la relación laboral con trabajadores era desastrosa, sumamente tirana. Cada vez que no tienen donde meter un proyecto, lo meten en Sierra Grande. La planta nuclear que pretenden poner, el hidrógeno verde, quieren sacarlo por Sierra Grande. Es una historia de dolor como zona de sacrificio real.

Manifestación durante la audiencia en Sierra Grande, Rio Negro. (Cortesía de Suyhay Quilapan)

Bueno, cuando arribamos a la audiencia pública estaba este grupo de violentos muy exaltados diciéndonos que nos vayamos, que necesitaban el trabajo. Nosotros íbamos entendiendo eso, desde qué lugar del dolor viene, pero también entendiendo que había una intencionalidad política de que no pudiéramos entrar y hablar. Cuando llegamos el jefe del operativo nos dijo que llegábamos tarde. Discutimos y logramos entrar diez personas más, seis que nos oponemos y cuatro a favor del proyecto.

Llega otra patota mucho más violenta del sindicato de la construcción, que ya nos habían violentado en la reunión de la legislatura el año pasado, así que se ve que es el brazo violento del poder político de la provincia. Se ponen cada vez más violentos afuera, con empujones y desplazamientos de algunos para evitar confrontaciones. Adentro, yo era la número 112 para hacer uso de la palabra. Para hablar los seis, era dejar en riesgo a todos los de afuera, asi que no pudimos quedarnos. Si bien a esta lucha le ponemos alma y cuerpo también hay que cuidarnos. Tenemos 40 años de democracia, y tendríamos que haber aprendido que el pensar distinto no nos hace enemigos. Es una cuestión de convivencia democrática, participación ciudadana.

PR: ¿Y eso representa impactos en toda la región? ¿Cuáles son los próximos pasos para ustedes?

SQ: Sabemos que se está haciendo un estudio de impacto ambiental donde mucho se deja afuera. Primero, el estudio está segmentado en tres partes, pero es un único proyecto. Tiene que estar publicado y difundido en un lenguaje que el vecino que no está formado puede entender. Pero el texto está inhabilitado desde lo lingüístico. Desde ese lugar sabemos que no se cumple con la ley. El estudio de impacto ambiental tenía partes en inglés, y no todos hablan inglés. Además, hay la cuestión de que los compañeros de Chubut no puedan participar, y los compañeros de Neuquén tampoco hubieran podido. Si tiene riesgo de impacto Chubut, ¿cómo no van a hacer un estudio de impacto ambiental en esa zona? Ellos se quedaron afuera.

Lo otro que objetamos de esta instancia tiene que ver con las comunidades originarias. Nuestros pueblos originarios tienen el derecho indigena garantizado por la constitución nacional, fueron incluidos, y hay un convenio 169 de la OIT, en la que dice que tiene que haber una consulta libre, previa e informada. Y si en la consulta sale el rechazo, eso se tiene que respetar.

Hay que pensar que el proyecto nos representa la muerte, no solamente en ese sentido de lo humano, sino de proyectos futuros. Cuando pensamos en progreso o en desarrollo, son conceptos que hay que desgranarlos y volverles a dar sentido. Nos han vaciado de contenido las palabras. El proyecto tiene que tener centralmente a la persona, no al capital. La persona tiene que tener garantizado todo lo que sea para la reproducción de la vida. El capitalismo no puede ser la única alternativa, hay otra economía que es posible, que viene enlazada en nuestra América Latina con nuestros pueblos originarios, con el Buen Vivir. Tal vez ese sea el camino emancipatorio.

PR: Estas luchas dan un tipo de esperanza, ¿no?

SQ: Cuando leí “Laudato Si”, yo siempre creía que había algo que la iglesia no puso en palabras y en la soltura del Papa Franciso yo vi que él habló de cuestiones ambientales pero también el desarrollo, la economía, y que hay que discutirlo. Tal vez lo que hacemos es un granito de arena pero esa es la esperanza.

PR: A la gente que puede venir a leer o ver esta entrevista, ¿qué les dirías que pueden hacer para apoyarlos en las denuncias?

SQ: Que se escuche que en Patagonia hay extractivismo, que nuestras costas están todas en riesgo por la explotación, por los pozos petroleros, y más.

Nosotros en las redes somos “Defendamos el Golfo”. Creemos que podemos desde la discusión, contagiar esta sensibilidad por el cuidado al medio ambiente, y al sumar voluntades. Tenemos hoy en Argentina un panorama nefasto en términos de política. Muy preocupante. Lo que pasa en la Provincia de Jujuy, en el norte de Argentina, con la modificación de la constitución provincial, la negación del derecho indigena a sus tierras para extraer litio ¡es extractivismo! Y acá en nuestra provincia también quieren extraer litio. Ese no es el camino. Estos son bienes naturales comunes. El bien común es una cuestión que cuidas, que preservas, que amas.


Patricia Rodríguez trabaja como Analista y Activista Internacional de Imágenes de Gas Ópticas (OGI en inglés) en Earthworks. OGI usa tecnología infrarroja para detectar emisiones de gases fugitivos, metano y compuestos orgánicos volátiles mal quemados y de la industria de petróleo y gas natural.